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Las mayores preocupaciones de un propietario

Ser el propietario de viviendas de alquiler supone una importante fuente de ingresos de manera fija, pero en muchas ocasiones surgen problemas e inconvenientes que se convierten en preocupaciones constantes para el arrendador. En este artículo, veremos cuáles son las mayores preocupaciones de un propietario, cómo controlarlas y qué hacer para evitar que los problemas vayan a más.

Pago del alquiler

La fuente de ingresos del propietario proviene del cobro del alquiler mensual de la vivienda. Esto lo convierte en una de las preocupaciones más grandes para cualquier propietario, ya que son muchos los problemas que suelen ocurrir con respecto a este tema de forma habitual.

Para los inquilinos, el pago mensual del alquiler es una prioridad, ya que, de no efectuarlo, no podrían seguir viviendo en el inmueble, pero pueden darse muchas situaciones en las que se vean con problemas para afrontar las cuotas, cosa que puede afectar directamente al propietario. Realizar una eficaz selección de inquilinos y consultar las listas de morosos es esencial para disminuir al máximo estos inconvenientes, aunque siempre puede haber algún problema de este tipo, incluso con familias solventes y estables económicamente.

En este sentido, el propietario debe fomentar la comunicación con los inquilinos y tratar de entender su situación en cada momento, con el fin de conseguir la máxima puntualidad en el cobro. Por ejemplo, si una familia lleva años pagando adecuadamente la cuota mensual, y en un mes en concreto tienen que hacer frente a un gasto inesperado (por ejemplo, arreglar un vehículo), es entendible que se les ofrezca un margen y puedan tener más tiempo para abonar la cuota.

Sin embargo, si nos encontramos en casos donde la situación es recurrente y hay muchos retrasos en el pago de la cuota, es conveniente tomar medidas y buscar una solución urgente, ya que las deudas se pueden acumular y puede llegar a ser un grave problema para ambas partes.

Meses sin inquilinos

El problema de que los inquilinos no cumplan con los pagos es evidente, pero también existe la grave preocupación de tener muchos meses vacantes en los que nadie esté residiendo en el piso y, por tanto, el propietario no logre cobrar la renta del inmueble. Es habitual que esto ocurra en algún momento, pero debemos evitarlo durante periodos prolongados, ya que puede causar un gran impacto económico en las cuentas del propietario.

No hay una fórmula específica que permita tener un inmueble alquilado los doce meses del año, pero es cierto que hay formas de intentar que este inconveniente ocurra lo menos posible. Tratando de seleccionar inquilinos que pretendan estar en un largo plazo de tiempo y, además, tengan buena salud financiera, esta preocupación se reducirá considerablemente.

Pago de impuestos

Como en cualquier tipo de negocio, el pago de los impuestos correspondientes es siempre una preocupación, ya que la normativa puede cambiar y afectar de distinta manera al propietario de inmuebles. Es indispensable estar al día con la legislación impositiva para evitar problemas relacionados con este tema, tratando de conseguir la mayor eficiencia posible.

Una subida de impuestos puede causar graves problemas en los alquileres, ya que, en muchas ocasiones, el propietario se ve forzado a aumentar el precio de la cuota mensual. En caso de que se vea en la necesidad de hacerlo, es conveniente comentárselo al inquilino con antelación y hablarlo con tiempo. De no hacerlo, es posible que los inquilinos no tengan la capacidad para afrontar el pago de la nueva cantidad, lo que puede llevarlos a abandonar el inmueble de manera repentina y dejarlo vacante.

Los inquilinos se niegan a irse 

En situaciones como las que comentamos anteriormente, donde los inquilinos tienen muchos retrasos en los pagos y el propietario se ve obligado a desalojarlos, es posible que estos se resistan y se nieguen a abandonar la propiedad. Ya sea porque quieran quedarse un poco más y ahorrar para buscar otro sitio, o bien porque simplemente se niegan a seguir las indicaciones del propietario, hay que poner una solución inmediata, ya que esta situación puede causar problemas a ambas partes.

En primer lugar, hay que intentar la vía del diálogo, tratando de llegar a una solución justa que beneficie a ambas partes y evite cualquier tipo de problema legal que pueda procederse con posterioridad. En caso de que sea imposible para el propietario, es muy conveniente que este cuente con un seguro que le cubra por todo este tema (protección frente al cobro del alquiler, costes judiciales y desalojo, entre otros), ya que la situación puede ponerse muy complicada, tanto económica como legalmente.

Reparación y puesta a punto

Por último pero no menos importante, hay que saber que, siempre que un inquilino abandona la casa y se le va a dar entrada a otro, hay que llevar a cabo una puesta a punto de la vivienda y dejarla en perfectas condiciones para que los nuevos inquilinos acepten la firma del contrato. Evitar daños en el inmueble es prácticamente imposible, por lo que siempre habrá algo que modificar o arreglar antes de alquilarle la casa a otras personas.

Sobre todo en alquileres de larga duración, es posible que haya cosas que cambiar (algún electrodoméstico o mueble deteriorado, la pintura de las paredes, arreglar alguna fuga), por lo que el propietario tiene que estar preparado económicamente para hacer frente a este tipo de inconvenientes antes de volver a alquilar la propiedad.

Todas estas preocupaciones afectan diariamente a los propietarios de inmuebles, que deben tener la capacidad de resolverlas inmediatamente para no tener problemas en sus ingresos mensuales.

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