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Dificultades del alquiler en Madrid desde el punto de vista del propietario

Tomar la decisión de poner una vivienda en alquiler no solo se debe adoptar con base únicamente en el beneficio económico que nos pueda reportar, sino que esta acción también puede llevar aparejados una serie de riesgos que conviene conocer de antemano para sopesar si realmente nos interesa alquilar un piso en Madrid. Por ello, en el presente artículo queremos dar a conocer a los propietarios de pisos particulares para alquiler en Madrid de las dificultades que pueden tener a la hora de decidir poner su vivienda en alquiler. ¿Cuáles son los riesgos y problemas más comunes para el propietario que pone su vivienda en alquiler ? Los problemas o riesgos más comunes que tienen los propietarios de pisos en Madrid en alquiler para particulares suelen ser: Desencuentros por desconocer lo que implica el contrato La dificultad más común a la hora de suscribir un contrato de alquiler de vivienda es el desconocimiento de los derechos y obligaciones que corresponden a cada una de las partes, ya que, en numerosas ocasiones, los arrendadores no saben si están facultados para visitar al inquilino sin avisar, cómo debe gestionar la fianza o a qué parte corresponde abonar los honorarios de la inmobiliaria de alquiler. Riesgo de impago Otra de las principales preocupaciones de los arrendadores es el impago de alquileres y/o facturas de suministro tales como luz, agua o gas por parte del inquilino. Daños en la vivienda En ocasiones los inquilinos provocan importantes daños en la vivienda que van mucho más allá del desgaste propio del uso de esta, hasta el punto de considerarse actos vandálicos. Incluso pueden sustraer muebles, sanitarios e instalaciones de la vivienda, con el consiguiente perjuicio para el propietario. Reformas sin consentimiento Otra sorpresa que puede tener el propietario es encontrarse que el inquilino ha llevado a cabo reformas sin tu consentimiento, como eliminación de tabiques, cerramientos de terraza, o cambiar el color de la pintura de las paredes o los azulejos, por ejemplo, de manera que la vivienda no le es entregada en las mismas condiciones en que la arrendó. Consejos básicos para el arrendador Además de la renta o el período de duración del alquiler, el propietario debe tener en cuenta determinadas cláusulas en el contrato de arrendamiento para evitar futuros problemas. Acordar los gasto que asume cada parte Un apartado importante es el relativo a los gastos. Lo habitual es que el casero se haga responsable de aquellos que le correspondan como responsable y dueño de la vivienda, tales como el pago del IBI o los gastos de la comunidad de vecinos, y el inquilino sea responsable de sus gastos directos, que son el consumo de agua, luz y gas, etcétera. En estos casos, lo más recomendable es hacer un cambio de titularidad en los contadores previo a la entrega final de llaves por parte del propietario, para que las facturas lleguen directamente al inquilino, evitando de este modo el riesgo de impagos de suministros. Establecer y guardar la fianza La fianza es otro de los aspectos esenciales a la hora de formalizar un contrato. El importe no puede superar los límites legales y lo adecuado es depositar la fianza en un organismo público, para no disponer de ese dinero como si de una renta o remuneración se tratara. Declarar el alquiler Otra de las cuestiones a la que todos los propietarios están obligados es a declarar el arrendamiento a la Agencia Tributaria, y lamentablemente esto no se realiza de manera diligente. Sin embargo, la mayoría de los inquilinos que pueden tener derecho a deducciones por alquiler de vivienda habitual suelen declarar la renta, por lo que si el propietario no cumple con sus obligaciones fiscales corre el riesgo de que Hacienda inicie un procedimiento de inspección o sancionador. Acordar si habrá subidas de la renta Con respecto al precio de renta, este podría variar con el paso del tiempo, por lo que es importante dejar claramente fijado en el contrato si el dueño se reserva su derecho a subir la renta o actualizarla conforme a algunos índices cada cierto tiempo. Recurrir a la renta garantizada Pero, para un propietario, quizá lo más importante de todo sea el poder estar seguro de que el inquilino realizará los pagos a tiempo en la fecha establecida. La incertidumbre económica y la crisis de la última década han creado verdaderos problemas de impago para muchos propietarios, obligándolos a recurrir a los tribunales para poder proceder al desahucio, un proceso que en el mejor de los casos se resolverá en unos meses, pero que puede llegar a alargarse hasta casi un año. En vista de todas las cuestiones que pueden preocupar a los propietarios, cada vez más se recurre a las inmobiliarias para poner una vivienda en alquiler, accediendo un mayor sistema de garantías, el conocido como servicio de renta garantizada. Muchas inmobiliarias e incluso organismos públicos ponen este servicio a disposición tanto del dueño del inmueble como del inquilino, para la tranquilidad de ambos respecto al cobro de la renta. En definitiva, si bien el alquiler de viviendas se presenta como una solución que puede llegar a satisfacer a ambas partes, es recomendable dejarse asesorar por profesionales para evitar malos entendidos derivados del arrendamiento, máxime en un lugar como Madrid, donde el alquiler es la única opción de encontrar una vivienda.
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