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Qué hacer si un inquilino quiere irse antes de acabar el contrato

Las principales preocupaciones de un propietario a la hora de poner su vivienda en alquiler suelen ser las gestiones administrativas, tener que solucionar  situaciones conflictivas con su inquilino y, por supuesto, los impagos. Por eso es tan importante tomarse su tiempo a la hora de elegir al inquilino que mejor se adecúa al tipo de vivienda que se quiere alquilar.

Sin embargo, aunque se elija al inquilino idóneo, puede ocurrir que quiera marcharse del inmueble por distintas razones antes de finalizar el contrato estipulado. En este post vamos a aclarar las posibles dudas sobre todos los aspectos a tener en cuenta si ocurre este supuesto.

Causas por las que se puede marchar un inquilino antes de finalizar el contrato

Cuando se firma un contrato de alquiler, ambas partes deben respetar su duración, pero tanto el propietario como el inquilino pueden finalizar el contrato antes del plazo acordado según las circunstancias.

Lo más habitual es fijar un período de un año para que tanto el inquilino como el propietario se comprometan a cumplirlo y después prorrogar si ambos están de acuerdo. En cualquier caso, cuando se firma un contrato de arrendamiento deben aparecer claramente los plazos de finalización y los supuestos en los que el inquilino incumpliría el contrato.

De esta forma, si el inquilino decide marcharse sin respetar estos plazos, será el propietario el que deberá recibir una compensación. Estos son los principales motivos por los que un inquilino puede marcharse antes de lo acordado:

Si el arrendador no lleva a cabo las reparaciones necesarias en la vivienda

Si no se llevan a cabo las reparaciones necesarias el inquilino tiene derecho a la resolución de contrato con indemnización por daños y perjuicios, siempre que los desperfectos no se hayan producido por negligencia del inquilino.

Las reparaciones que debe asumir de manera obligatoria el propietario pueden ser

reparar la vitrocerámica, el frigorífico, la lavadora o la caldera, mantener en buen estado las paredes, techos, suelos o chimeneas en caso de tener, así como la instalación eléctrica del inmueble. En cualquier caso, si has contratado a una agencia negociadora para gestionar tu alquiler, siempre sabrá lo que hacer en estos casos. 

Otro punto a tener muy en cuenta es que el inquilino nunca podrá dejar de pagar el alquiler aunque el propietario no haya hecho las reparaciones necesarias, ya que, en algunas ocasiones el inquilino, como medida de presión, deja de pagar para que el propietario cumpla con su obligación de reparar algo. Esta medida puede acarrear una demanda judicial por parte del propietario por no pagar la renta.

Si la marcha es después de los seis meses

La LAU (Ley de Arrendamientos Urbanos dice que el inquilino puede resolver el contrato de alquiler si han transcurrido un mínimo de seis meses desde la firma y siempre comunicándolo al propietario con 30 días de antelación como mínimo.

Lo más habitual es que en el contrato aparezca una cláusula donde especifique que si el inquilino se marcha después de los seis meses sin cumplir el contrato, deberá pagar como indemnización al propietario una mensualidad de la renta por cada año que deje de cumplir o una parte proporcional si es menos de un año.

En el supuesto que el inquilino se quiera marchar antes de los seis meses estipulados por ley, el inquilino estará obligado a pagar al propietario la renta de los meses que falten hasta cumplir los seis meses más la indemnización por rescisión de contrato anticipada si aparece así en el contrato.

¿Qué sucede cuando un inquilino quiere irse antes de tiempo?

Da igual el motivo por el que un inquilino se marche antes de terminar su contrato. En ese caso el propietario siempre va a quedar perjudicado y debe recibir una compensación. Lo más habitual es quedarse con la fianza de alquiler que el inquilino dejó al propietario y que éste depositó en su momento en el organismo competente de la comunidad autónoma donde está situado el inmueble alquilado.

Para que se dé esta situación debe aparecer claramente en el contrato ese supuesto y eso no siempre ocurre. Por eso es tan importante poner en manos de un profesional la redacción del contrato de arrendamiento.

También es cierto que puede haber ocurrido alguna circunstancia que obligue al inquilino a marcharse y no sea por voluntad propia, por ejemplo un traslado laboral, un problema familiar importante, etc. En ese caso, y aunque la última palabra siempre la va a tener el propietario, se puede llegar a un acuerdo para entregarle una parte de la fianza al inquilino y no toda.

En cualquier caso, el propietario tiene el derecho de exigir al inquilino que cumpla el contrato firmado, reclamar una indemnización por incumplimiento y quedarse con la fianza si no existen causas justificadas.


En Renta Garantizada te ofrecemos una gestión integral de tu alquiler para resolver cualquier problema durante el contrato de arrendamiento y que siempre recibas tu cobro del alquiler. Para resolver cualquier duda o consulta estamos a tu disposición. Contacta con nosotros.

 

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